Rodrigo Mariano Paz / 2 minutos / Mundo

Soy Rodrigo Mariano Paz. Participé del conflicto de las guerras de Malvinas con el Regimiento 3 de infantería mecanizada “General Belgrano”. Fui parte de la compañía “A Tacuarí”. 1982 fue el año en el que mi vida cambiaría para siempre.

Hijo mayor de una numerosa familia, doce hermanos, clase media y estudios. Pero sobre todo una educación y contención familiar que sería decisiva para lograr sobrellevar el peso de un hecho traumático, de ser parte del caos en su máxima expresión. Un lugar donde las miserias humanas se manifiestan, pero en dónde los valores humanos alcanzan su mayor dimensión.

Con tan solo diecinueve años, edad donde todavía uno no empezó a vivir, tuve que aprender a sobrevivir. Mi vida cambió de tal manera que  mis objetivos y mis sueños, no solo cambiaron, también se convirtieron en inalcanzables. Las terapias psicológicas ayudaban, pero el dolor de lo vivido se vuelve intolerable. Las heridas externas con el tiempo sanan, las internas no dejan de sangrar.

Recibí historias que inspiran

En las islas, uno solo espera que algún milagro suceda, que todo vuelva a ser como antes, pero es algo que jamás pasará. 

Los días se vuelven infinitos, el tiempo pasa y uno sigue esperando que algo cambie. 

La guerra es muy dura, pero la postguerra es aún mucho más. Es algo que depende de uno.

Ya no está mi compañero de pozo, quien cuidaba mi espalda. Uno se siente solo, nos volvimos diferentes por haber vivido una situación límite.

Rodrigo Mariano Paz, el día que volvió de la Guerra de Malvinas

Tenía que vivir. No solo esperar que la vida pasara. Mi actitud frente a la vida cambió, ya no esperé, salí a buscar mi destino. Me propuse nuevas metas, empecé a luchar por lo que quería. Pero sobre todo, me propuse no permitir que los obstáculos fueran causa para no alcanzar lo que tanto deseaba, ser feliz.

La familia y la educación me ayudaron a continuar. Las vivencias se volvieron experiencias. Transformé lo negativo en esperanza. En una manera plena de vivir. 

Rodrigo Mariano Paz (primer persona a la izquierda) junto a sus doce hermanos.

Como hace cuarenta años, éste 2022 se vuelve especial. No solo por el aniversario del conflicto con Gran Bretaña, sino que cumpliré sesenta años. Veo hacia atrás mi pasado, pero vivo mi presente. Sé que mi futuro está ahí.

Ya no tengo rencores. Ya no busco respuestas. Las incertidumbres se vuelven certezas.

La guerra ya pasó. Cuanto más grande uno se vuelve, más consciente es de lo vivido. Solo deseo agradecer cada mañana las oportunidades que me dio la vida. 

La guerra pasó, y a pesar de todo, de lo difícil que fue… soy feliz.

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