Gaspar Álvarez Litardo / 4 minutos / Opinión
Para muchos el deporte es simplemente el producto final, un sudamericano, un juego olímpico, un mundial. Pero ¿qué sucede tras bambalinas? ¿cómo llegamos a esa instancia? ¿Cuál es el día a día de un atleta? Hay mucho trabajo detrás, mes a mes, semana a semana, trabajo invisible.

Cada 4 años el mundo se detiene por un mes entero, calles vacías, ciudades enteras se congelan por 90 minutos, y un ambiente de ilusión inunda a cada rincón del país. Los mundiales, son ese momento del año en el cual no importan las diferencias, ni culturales ni económicas, el país es uno solo y el único deseo es la gloria.
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Cada país envía una lista de 26 jugadores para el certamen, los mejores en lo que hacen, jugadores que diariamente buscan su mejor versión para tener el privilegio de ser incluidos en esa lista.

Pero, ¿cómo llega un jugador a ser tenido en cuenta? La respuesta es clara, teniendo un buen rendimiento con su club, siendo desequilibrante, una pieza fundamental, o mismo un sólido eslabón del mecanismo de su técnico. Aunque conseguir esto no es tarea fácil, si bien algunos por el mismo talento innato lo consiguen sin tener que realizar mayor esfuerzo en los entrenamientos, la mayor parte de los jugadores tienen un arduo trabajo diario para encontrar su mejor versión y que culmina en tres aristas, la física, la mental y los partidos.
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La primera de las tres columnas es quizás la más obvia y más tenida en cuenta, pero también una que suele no interpretarse en su totalidad. La salud física no es solo la parte aeróbica o la fuerza sino también la alimentación y el descanso. Cuando comentaba que un deportista es deportista las 24 horas del día, era en sentido literal. Podríamos argumentar que el estado físico es fundamental, pero sin un descanso adecuado de un mínimo de ocho horas diarias para recuperarse del trabajo realizado, difícilmente los entrenamientos tengan un impacto en el físico y rendimiento de los futbolistas.

En cuanto a la nutrición y la dieta, un deportista de élite como son aquellos integrantes de seleccionados, deben tenerlo sumamente en cuenta ya que el alimento es el combustible del deportista, y para un óptimo rendimiento se debe tener en cuenta cuánta proteína, carbohidratos e incluso grasas se consumen. Un ejemplo claro de esto es ni más ni menos que lionel messi, el cual tuvo que hacer un cambio drástico en su alimentación debido a que los que comía no solo no lo ayudaban a recuperarse de las duras sesiones de entrenamiento sino que provocan un menor rendimiento a la hora de los partidos.
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Antiguamente, se pensaba que el rendimiento del deportista dependìa de cuanto se entrene y también de la suerte que tuviese a la hora de competir, pero poco a poco los deportistas comenzaron a expresar que la psicología es tan importante como lo físico. La presión antes de entrar al campo, el miedo al volver de una lesión, los apodos o títulos que le puede adjudicar la prensa, todo eso afecta al deportista al punto de mostrar un bajo rendimiento o mismo bloquearlo y que este no pueda competir.

Un ejemplo claro de esto es el caso de la joven promesa de la natación argentina, Delfina Pignatiello, que también, posterior a Tokyo 2020 decidió hacer un impasse en su carrera deportiva ya que la carga de ser “la promesa” y lo que esto conlleva, hizo que, en palabras de la nadadora, no disfrutara la competencia como antes. Para mitigar esto, muchos deportistas comenzaron a trabajar en conjunto con psicólogos y así mejorar su salud mental y derrumbar las barreras que su mente pueda ponerles.
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Finalmente los partidos. Estos son una sumatoria de todo lo anterior, porque para poder mostrar su mejor versión el día de la competencia, el trabajo en entrenamientos en la semana, el descanso y alimentación, además de la fortaleza mental son la clave. Luego es cierto que existe una cuota de azar, pero los deportistas no pueden permitirse dejarle todo a la suerte y es por eso que hacen el mayor esfuerzo para llegar en la cúspide de su condición, citando una vez más a Delfina Pignatiello “las medallas se ganan en la semana y los sábados se pasan a buscar”.
Para muchos el deportista es solo deportista los 90 minutos de un partido, o los 10 segundos de una carrera pero hay mucho más detrás de eso tanto el físico del atleta como la mente es exigida al 100% las 24 horas del día para alcanzar su sueño de ser el mejor. Por este motivo también se merecen celebrarlo, porque en la carrera por la superación y el alcanzar su sueño encuentran su felicidad, la de los suyos y la de un país entero.