Francisca Sorrentino / 2 min / Mundo
Más de 60.000 civiles escaparon desde Etiopía a Sudán desde el comienzo de los enfrentamientos entre el gobierno y el Frente de Liberación Popular de Tigray en el año 2020.

¿Qué está pasando en Etiopía? Para comprender el conflicto, es importante remontarnos a sus inicios.
Durante décadas, el Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT) fue el partido dominante en Etiopía, hasta la llegada del primer ministro Abiy Ahmed Ali. Al poco tiempo de asumir, anunció la reorganización de la coalición gobernante creando un nuevo partido. Al impulsar este nuevo partido político, hizo que algunas regiones se vieran amenazadas y temieran por el sistema federal del país, ya que es el que garantiza la autonomía de los estados étnicamente definidos, como la del pueblo Tigray. Es por esto que los líderes de Tigray siguieron controlando su propio gobierno regional, desafiando al primer ministro.
El 4 de noviembre de 2020 el gobierno anunció una ofensiva militar contra el FLPT acusándolos de haber atacado una base militar dentro de la región de Tigray.
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Desde ese momento han sucedido enfrentamientos de suma violencia en la zona de Tigray (al norte del país), y los intentos de llegar a la paz son inalcanzables. Luego de la declaración de dos cese al fuego, una tregua humanitaria trae esperanzas.
Sarah Jackson, directora regional adjunta de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos, declaró: “Todas las partes deben permitir de inmediato el acceso ininterrumpido al personal de ayuda humanitaria a todas las zonas del norte de Etiopía afectadas por el conflicto, como las regiones de Afar y Amhara. Esto incluye abrir la entrada de ayuda por la ruta terrestre entre Afar y Tigray, cerrada tras la reanudación de los combates en la zona fronteriza, y reanudar servicios fundamentales, como las operaciones bancarias, el suministro eléctrico y las comunicaciones a través de dispositivos móviles y por Internet”.
Destacó también que la tregua debe incluir la entrega de ayuda humanitaria sin trabas ni discriminación, incluida la de carácter médico.
Es importante remarcar que luego de los enfrentamientos han sido asesinados más de 52.000 civiles, y 3 médicos representantes de Médicos Sin Fronteras.

Además, según el nuevo coordinador de la ONU para Ayuda de Emergencia, más del 90% de toda la población de Tigray sufre inseguridad alimentaria aguda. Es por esto que la agencia de la ONU para los refugiados calcula que más de 60.000 personas se han refugiado en Sudán, país vecino y un tercio de ellos son niños. De los cuales, al menos, 2.3 millones se han visto privados de ayuda y asistencia humanitaria.
Para más información sobre el conflicto y ayuda económica: ACNUR