Cande León / 2 minutos / Diversidad y Género

Hablar de los pocos privilegios que disponemos en el mundo por el solo hecho de haber nacido mujeres, es algo a lo que lamentablemente estamos acostumbradas.

Luego de varios acontecimientos machistas que me tocaron vivir, escuchar, callar y hasta inconscientemente elegir, me pregunté cómo sería si hubiese nacido y elegido ser hombre; aquellos que siempre gozaron de una sociedad entregada a su disposición, aquellos que no tienen que caminar por la calle mirando por los espejos retrovisores de los autos para poder tener ojos en la espalda, aquellos a los que debemos atender, gustar y criar a sus hijxs cuyo apellido llevan aunque nosotras seamos las que ponemos el cuerpo durante 9 meses. 

Me pregunté si alguna vez o, aunque sea, algunos segundos en esa vida me pondría en el lugar de la mujer.

Recibí historias que inspiran

Fue muy difícil no cargar de subjetividad esta respuesta, pero este juego me llevó a una conclusión: 

Por supuesto que es imposible que no sean conscientes de la desigualdad, pero mejor callar a perder privilegios, mejor hacer oídos sordos que hacerse cargo.

Se muestran los brazos de dos mujeres abrazándose mientras participan en una marcha para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y exigir justicia para las víctimas de violencia de género y feminicidios, en Ecatepec, en las afueras de la Ciudad de México, México, 8 de marzo de 2020 .REUTERS/Luisa González

Quiero comunicarles a todas aquellas personas que se sientan amenazadas por el cambio, sean hombres o mujeres machistas, que esta problemática ya no es un tema generacional ni cultural, ni de quitarles a ambos sus privilegios sean cuales fueren. No hace falta, a esta altura, saber el origen de la problemática cuando no se pide una justificación. Lo que estas mujeres molestas queremos lograr hace varios años, es un cambio. Un cambio al que se pueden sumar o quedarse al margen. 

Aquellos hombres y mujeres que están de acuerdo con la lucha por la igualdad de género, que levanten la voz. Que lo hagan ante un comentario machista en vez de reír o callar, que denuncien a sus amigos que no respetan los límites.

El hombre no es el que se burla de la mujer, sino aquel que la percibe como un par.

Hoy fueron seis los que nuevamente nos trataron de objeto, ayer fueron dos o tres y no dudo que mañana serán muchísimos más los que vuelvan a usar su pase libre a la impunidad en este mundo machista.

La noticia no es el hecho aislado, ni la justicia ineficiente, ni el periodista fuera de lugar, ni las figuras políticas patriarcales o los medios tradicionales comunicando por el rating. La noticia es que sigue pasando, igual que ayer, igual que mañana.

Que el camino sea en subida, no es algo que nos detiene, que esté repleto de piedras pesadas para ser removidas, no nos saca las ganas de seguir.

Las mujeres se abrazan fuera del Congreso durante una manifestación en el Día Internacional de la Mujer en Buenos Aires, Argentina, 8 de marzo de 2018. REUTERS/Marcos Brindici


Hoy viendo todo el trayecto que queda por recorrer, me siento cada vez más orgullosa de ser mujer. Por todas las que me dieron los pocos derechos que tengo, por todas las que gritan por derechos debajo de la lluvia en madrugadas, por todas a las que les dijeron linda, fea, flaca, gorda, histérica, machona, trola, virga, por las que se animan a denunciar, las que pronto se animarán y por todas las que vamos a empezar a escribir una nueva realidad y a hacer historia.

Nosotras si nos podemos poner en su lugar y a pesar de todo lo que nos tocó vivir, aun así, pedir igualdad.

El mundo sabe lo que somos capaces de hacer y estamos más fuertes que nunca. 

Empezó la cuenta regresiva. 

Te invitamos a levantar la voz.

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